Siempre fui atraída por el mundo del arte, por la creatividad. Soy géminis y por lo visto, no hay nadie más curioso y juguetón de un géminis. Desde muy pequeña no podía pasar un día sin un dibujo, un cuento, una historia inventada con todos mis amigos reales e/o imaginarios.
No me acuerdo de haber dudado en algún momento. Yo tenía que hacer algo para que mi imaginación encontrara lugar, para que no se quedara solo en mi cabeza, en mi habitación; en principio no me importaba que fuera a través de la pintura o del escenario, me sentía feliz en ambos universos.
A los 18 me mudé desde Catanzaro, un pueblo maravilloso en el sur de Italia, a Roma y fue allí que empecé a formarme profesionalmente como actriz en la Academia Internacional de teatro, para luego trabajar en distintas compañías de teatro y en producciones cinematográficas.
He fundado un teatro en el centro de la cuidad realizando un sueño que todavía tengo: tener un lugar propio donde fabricar historias. Después de 22 años desde Roma me mudé a Barcelona, y es aquí que sigo volando, como actriz directora y autora, con el claro objetivo de vivir mi vida aún más plenamente y contar historias que puedan ser un granito de arena para un cambio social y espiritual.